viernes, 27 de enero de 2012

Miss meteduras de pata(más sonadas)

Hoy descanso de Compañeros de piso, llevo todo el día haciendo unos trabajos y no tengo la poca materia gris que me queda con ganas de recordar a ÉL, además tengo que hilar y nunca se me ha dado bien coger aguja y dedal.
En medio de un mini descanso, he recordado dos meteduras de pata, eso no quiere decir que no haya tenido más(mira, ahora me acabo de acordar de otra, aunque no es metedura de pata, también lo voy a poner), segurísimo que sí...no soy perfecta, ni siquiera ferpecta. Allá van.
La primera que os voy a contar sucedió en Pamplona. Estábamos Ana(sí, la de compañeros de piso) y yo haciendo las prácticas en un colegio de la Txantrea y en preescolar había dos niñas gemelas que eran una monada...y según dice el refrán “de tal palo, tal astilla”...el padre estaba buenísimo, la madre también, pero no entra dentro de mis preferencias(a esto se le llama objetividad).
Todos los días antes de ir al colegio, desayunábamos en una cafetería. Un día de tantos, pasó el padre con las niñas por delante de la cristalera y como muchos de los días(en este caso la cagada es compartida) nosotras y nuestra lengua dijimos alegremente:
-¡Qué bueno está el padre de las gemelas!(seguro que alguna barbaridad más soltamos)
No recuerdo el volumen de nuestra inoportuna intervención, pero en ese momento hubiera deseado tener un mando y darle al MUTE.
Diréis, ¿por qué fue inoportuna?. Muy sencillo, la mujer del buenorro del padre de las gemelas y a la vez madre de éstas, estaba comprando en la misma cafetería en la que nosotras desayunábamos y analizábamos mediante rayos x a su marido.
Estaba a escasos dos metros de nosotras...¿nos escuchó?, seguro que si. ¿Nos dijo algo?, no.
Ahora que lo pienso, creo que salió de la cafetería un poco más alta...dos niñatas babeando por su marido y el show privado sólo lo disfruta ella...¡Qué tiempos aquellos!
Otra de las meteduras de pata me sucedió al poco de tiempo de entrar a trabajar en la pizzería.
Llamó un cliente habitual, por lo que sus datos están grabados en el ordenador, y realizó un pedido.
Al final del pedido me dijo que se lo enviase a otra dirección y que le llamaran al móvil. Esas instrucciones las apunté, pero cuando salió la comanda no lo marqué con el bolígrafo para que se viera.
¿Por qué iba a pasar algo?, pasó...como no. Hubo algún problema con la pizza y llamaron a su casa, teléfono de la dirección habitual(donde no había que llamar) y cogió su mujer.
La mujer no sabía nada del asuntó...y se lió, luego llamó el marido a la pizzería pidiendo explicaciones y yo con la pena de pensar que había roto un matrimonio por no marcar con bolígrafo las dichosas instrucciones. Error de novata, que no me volverá a pasar. Menudo mal trago pasé, pensé hasta que me iban a despedir. Luego vino el consiguiente cachondeo, la destroza matrimonios...se pasó pronto. Está sí que fue una GRAN metedura de pata.
El otro episodio que voy a contar fue una tontería, pero originó risas. Es lo que pasa cuando se usan mal las pausas en el lenguaje oral.
Estábamos en el piso jugando a un juego, no recuerdo cual y:
- rrrrrrrrrrrrrrrrrr (sonó un ruido)
- (nos miramos todos)
- Es un vibrador(dije yo).............(5 ó 6 segundos después)......de móvil(volví a decir yo)
Conclusión: a veces no hay que explicar lo que se sobreentiende...
A continuación la risotada fue monumental y claro, Heidy me poseyó(no la de compañeros de piso, sino la de los dibujos). Un tomate a mi lado es más pálido.
Para un minidescanso no está mal...¿y vuestras meteduras de pata?.
Sheila(Six)

2 comentarios:

Javier dijo...

¿estaba yo allí? me suena haberte visto roja como un tomate XD XD. Aunque fuera en otra situación vergonzosa XD XD XD

Hornero dijo...

Me parece recordar el gran cabreo del señor del pedido.... Una que yo me se trago todo lo que el señor tenia que decir, como lo de su dama de compañía. Que cosas pasan, no?