jueves, 28 de febrero de 2013

El chocolate no es lo único que empalaga

No puedo, ni debo ver películas romanticonas. En mi caso, lo ideal sería tenerlo prohibido bajo prescripción facultativa, ya que perjudican seriamente mi salud mental.
La supuesta lucidez mental (que si, ñores y ñoras, de eso tengo) se reduce a pequeños momentos de ésta, en medio de un mar de fantasías, chorradas, recuerdos, bobadas y pajas mentales varias adornadas con un "prrrreciossshho" color rosa barbie (lo de precioso es irónico...por si no quedaba claro, ejem).
Sí, soy exagerada (de toda la vida), pero la verdad es que me da por pensar y soñar despierta, si es que se puede y no avanzamos, no señor.
Esto es lo que pasa, mejor dicho, es lo que ME pasa cuando veo películas como "Perdona si te llamo amor" (¡¿Quién me mandaría, no?!...para otro capítulo)...sí, perdona, perdona...muy bonita, preciosa, el amor triunfa...todo muy bonito...empalagoso y perfecto a más no poder. Todo tan, tan, tan, tan, tan, que ahora estoy viendo corazoncitos, felicidad, color rosa por doquier y ¡necesito ya mi antídoto!. Un poco de negro, morado, gris, verde...un arcoiris...pero sin rosa...más realidad, pero tampoco mucha porque pasaríamos de un extremo a otro.
No digo que la película sea mala, pero es que es muy Disney para mi gusto. Cuando digo Disney me refiero a princesas, príncipes, otra vez rosa, alguna brujilla mala y siempre gana el amor, lo bonito, lo supermegaideal...¿cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia?...tampoco tanto, pero casi.
Todo tan perfecto que da urticaria...y la perfección, siento informarles ñores y ñoras, no existe. Peroooo siempre esperamos encontrarla, y la seguimos buscando y añorando y pensamos que cualquier tiempo pasado fue mejor. 
Sheila(Six)

jueves, 21 de febrero de 2013

Ya están aquí...

Se acercan los 30, ya no queda nada y yo que pensaba que no importaba el cambio de decena(ilusa de mi). La verdad es que, aunque me cueste reconocerlo, un poco sí que importa(como se dice en mi casa... “un poco bastante”).
Empiezas a crear una lista, mental o escrita, de las cosas hechas, las por hacer y las que debieran estar hechas y no están. Por lo menos en mi caso es así. Un ejemplo:
  • 30 años y no tengo el carné de conducir.
  • 30 años y no estoy “casada”, “arrejuntada”, “emparejada”, vamos sin novio ni perrito que me ladre.
  • 30 años y sin hipoteca.
  • 30 años y sin una casa propia, aunque tal y como están las cosas...¡30 años y sin hipoteca!...tampoco está tan mal.
  • 30 años y sin el trabajo que siempre soñaste; aunque con trabajo que al fin y al cabo es lo que importa.
  • Y un sinfín de 30 años y sin...y no es un anuncio de 0,0%.
Vamos, que estoy haciendo valoraciones continuas pero siempre de lo negativo...no voy a cambiar a mis casi 30.
Aunque haya días en los que mi treintañera se hace pequeñita y deja paso a la chica de veintitantos que tanto me gusta. Entonces empiezo a ver las cosas positivas, ¡qué sí!, ¡también las hay chic@s!...¡los 30 no son el fin del mundo!.
Entre nosotros, reconozco que es mi mantra mañanero para los días en los que la amnesia y la petarda treintañera se apoderan de mi. Está escrito en una cartulina amarilla de 2x2 a modo de postit(o como se diga) gigante y pegado en la pared de mi habitación, señalizado con un neón colosal con forma de flecha.
Pero cuando la de 20, bueno, la de veintitantos gana:
  • Si me veo una cana...pienso en un buen tinte y no hago una película lacrimógena de sábado por la tarde.
  • ¡Una arruga!...¡Bah!, de tanto reír y pasármelo bien.
  • ¿Novio?... “Night, fever, night, fever...”
Bueno, y que lo que realmente importa no es ¡cuántos!, sino cómo los cumples, cuándo los cumples, rodeado de quién los cumples y sobretodo y lo fundamental es ¡¡qué los cumples!!.

Aunque en cada cambio de decena..sigan surgiendo listas.

P.D. Se nota que hoy se ha despertado la de veintitantos.
P.P.D. ¡Sed felices!

Sheila(Six)