martes, 16 de diciembre de 2014

THE END


Llega el día en el que dices que ya está bien, que hasta aquí hemos llegado y que ya es hora de volver a abrir los ojos, los oídos y dejar de ir en contra de lo que realmente piensas, dejando de hacer caso a ese músculo tonto y rojo, sobrevalorado en muchos casos, aunque necesario.
YO me planto, y digo BASTA YA. 
Me he cansado de estar luchando batallas perdidas, más aún cuando las guerras no me gustan. 
Si quisiera luchar por cosas imposibles, no sería quien soy, y como quiero serme FIEL a mi misma, dejo esta lucha o lo que mierda fuera, y con ese metal fundido de la hipotética espada empleada, me hago un anillo de VENCEDORA, nunca de vencida, por si alguien lo duda.
Vencedora, porque vuelvo a ser yo, la misma que viste y calza, la de que "a quien no le guste que no mire", aquella de "si no te gusta, te das dos vueltas", es mi vida la que vale y todo lo que ello conlleva, ahora lo tengo claro. 
No se puede ganar lo que nunca ha estado en juego, aunque nunca fuera un juego. No se puede tener lo que nunca ha sido tuyo, y no se puede tirar de dos lados, sólo con una mano. No quiero excusas baratas, ni caras, ya no quiero nada de nada de aquella NADA, que parecía TODO.
Sólo puedo decir, que todos tenemos piedras en el camino y que si siempre pasas por la misma piedra y sabiendo que si la rodeas en lugar de saltarla, evitas caer, y la sigues saltando...entonces es que eres un TONTO.
Quien sea cofrade...que coja vela.
¡¡Siguiente!!

lunes, 15 de septiembre de 2014

Personabot

Y ahora es cuando te dices, hay que olvidarse de todo, empezar de cero y fingir que nada ha pasado, que todo lo vivido no fue real, pero, si te paras a pensar ves que si fue real aunque duela, y aún así decides convertirte en una especie de máquina u ordenador con capacidad de formateo, sabiendo o creyendo saber que si no existió no duele, aunque duela.
Todo sería mucho más fácil si tuviésemos un botón de on-off, una tecla de eliminar, nuestra propia papelera de reciclaje, pero de verdad, no de esas papeleras que dejan ese resquemor y restos del naufragio. 
Nuestra salud mental, espiritual, blablabal...sería óptima, pero por mucho que nos esforcemos, no somos máquinas, sino personas de carne y hueso, muy a mi pesar, en ocasiones.
Otra cosa es que haya personas que tengan la capacidad de ser más cyborgs que otras, yo me pido la vez, y si hay algún experimento de nanobots, también me apunto.
Pero bueno, de momento nos quedaremos con la armadura propia del medievo, que aunque no se resetea, ni formatea, protege que te cagas.
Mi personabot.