miércoles, 28 de junio de 2017

Tipos de puntos

Existen tres clases de puntos.
Punto y seguido.
Punto y aparte.
Punto final.

.

Buenas noches.

lunes, 8 de febrero de 2016

EL PROPÓSITO

Nuevo año, ¿vida nueva?.
Resulta que hace nada que dejamos atrás el 2015, y como siempre nos marcamos unos propósitos, unos cambios, unas metas, que normalmente, en mi caso, nunca llego a cumplir o voy variando según pasan los meses.
Bien, este año no iba a ser distinto, aunque no los haya apuntado, inconscientemente, he vuelto ha marcarme algún que otro propósito, el más importante, valorarme de verdad y pasar de ciertos temas que al final, hacen que EL PROPÓSITO, no se lleve a cabo.
Para ello, tengo que vaciar la papelera de reciclaje, de nada sirve llenar la bolsa de basura y no tirarla. La "mierda", tiene que desaparecer de mi vida, si ya lo ha hecho, que sea de verdad.
Aprenderé a darle la importancia que de verdad tienen ciertas cosas, y no la que pienso que tienen. Que cómo lo voy a hacer, la verdad, ni idea, de momento, preocuparme menos y mandar a la mierda más(la frase no es mía, pero me viene de lujo). Esto lo tengo que cumplir sí o sí.
Voy a ser egoísta, no porque quiera, sino porque debo serlo y lo necesito. Ya me he cansado de pensar antes en los demás que en mí y de tener que ser comprensiva con todo y con todos. Me llamo Sheila, no Santa Sheila.
Por eso, voy a vivir mi vida como crea, sin hacer daño a nadie(por lo menos de manera consciente) que a alguno le vendría bien aplicarse el cuento.
Y en mis días libres, librar.


martes, 16 de diciembre de 2014

THE END


Llega el día en el que dices que ya está bien, que hasta aquí hemos llegado y que ya es hora de volver a abrir los ojos, los oídos y dejar de ir en contra de lo que realmente piensas, dejando de hacer caso a ese músculo tonto y rojo, sobrevalorado en muchos casos, aunque necesario.
YO me planto, y digo BASTA YA. 
Me he cansado de estar luchando batallas perdidas, más aún cuando las guerras no me gustan. 
Si quisiera luchar por cosas imposibles, no sería quien soy, y como quiero serme FIEL a mi misma, dejo esta lucha o lo que mierda fuera, y con ese metal fundido de la hipotética espada empleada, me hago un anillo de VENCEDORA, nunca de vencida, por si alguien lo duda.
Vencedora, porque vuelvo a ser yo, la misma que viste y calza, la de que "a quien no le guste que no mire", aquella de "si no te gusta, te das dos vueltas", es mi vida la que vale y todo lo que ello conlleva, ahora lo tengo claro. 
No se puede ganar lo que nunca ha estado en juego, aunque nunca fuera un juego. No se puede tener lo que nunca ha sido tuyo, y no se puede tirar de dos lados, sólo con una mano. No quiero excusas baratas, ni caras, ya no quiero nada de nada de aquella NADA, que parecía TODO.
Sólo puedo decir, que todos tenemos piedras en el camino y que si siempre pasas por la misma piedra y sabiendo que si la rodeas en lugar de saltarla, evitas caer, y la sigues saltando...entonces es que eres un TONTO.
Quien sea cofrade...que coja vela.
¡¡Siguiente!!

lunes, 15 de septiembre de 2014

Personabot

Y ahora es cuando te dices, hay que olvidarse de todo, empezar de cero y fingir que nada ha pasado, que todo lo vivido no fue real, pero, si te paras a pensar ves que si fue real aunque duela, y aún así decides convertirte en una especie de máquina u ordenador con capacidad de formateo, sabiendo o creyendo saber que si no existió no duele, aunque duela.
Todo sería mucho más fácil si tuviésemos un botón de on-off, una tecla de eliminar, nuestra propia papelera de reciclaje, pero de verdad, no de esas papeleras que dejan ese resquemor y restos del naufragio. 
Nuestra salud mental, espiritual, blablabal...sería óptima, pero por mucho que nos esforcemos, no somos máquinas, sino personas de carne y hueso, muy a mi pesar, en ocasiones.
Otra cosa es que haya personas que tengan la capacidad de ser más cyborgs que otras, yo me pido la vez, y si hay algún experimento de nanobots, también me apunto.
Pero bueno, de momento nos quedaremos con la armadura propia del medievo, que aunque no se resetea, ni formatea, protege que te cagas.
Mi personabot.

jueves, 28 de febrero de 2013

El chocolate no es lo único que empalaga

No puedo, ni debo ver películas romanticonas. En mi caso, lo ideal sería tenerlo prohibido bajo prescripción facultativa, ya que perjudican seriamente mi salud mental.
La supuesta lucidez mental (que si, ñores y ñoras, de eso tengo) se reduce a pequeños momentos de ésta, en medio de un mar de fantasías, chorradas, recuerdos, bobadas y pajas mentales varias adornadas con un "prrrreciossshho" color rosa barbie (lo de precioso es irónico...por si no quedaba claro, ejem).
Sí, soy exagerada (de toda la vida), pero la verdad es que me da por pensar y soñar despierta, si es que se puede y no avanzamos, no señor.
Esto es lo que pasa, mejor dicho, es lo que ME pasa cuando veo películas como "Perdona si te llamo amor" (¡¿Quién me mandaría, no?!...para otro capítulo)...sí, perdona, perdona...muy bonita, preciosa, el amor triunfa...todo muy bonito...empalagoso y perfecto a más no poder. Todo tan, tan, tan, tan, tan, que ahora estoy viendo corazoncitos, felicidad, color rosa por doquier y ¡necesito ya mi antídoto!. Un poco de negro, morado, gris, verde...un arcoiris...pero sin rosa...más realidad, pero tampoco mucha porque pasaríamos de un extremo a otro.
No digo que la película sea mala, pero es que es muy Disney para mi gusto. Cuando digo Disney me refiero a princesas, príncipes, otra vez rosa, alguna brujilla mala y siempre gana el amor, lo bonito, lo supermegaideal...¿cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia?...tampoco tanto, pero casi.
Todo tan perfecto que da urticaria...y la perfección, siento informarles ñores y ñoras, no existe. Peroooo siempre esperamos encontrarla, y la seguimos buscando y añorando y pensamos que cualquier tiempo pasado fue mejor. 
Sheila(Six)

jueves, 21 de febrero de 2013

Ya están aquí...

Se acercan los 30, ya no queda nada y yo que pensaba que no importaba el cambio de decena(ilusa de mi). La verdad es que, aunque me cueste reconocerlo, un poco sí que importa(como se dice en mi casa... “un poco bastante”).
Empiezas a crear una lista, mental o escrita, de las cosas hechas, las por hacer y las que debieran estar hechas y no están. Por lo menos en mi caso es así. Un ejemplo:
  • 30 años y no tengo el carné de conducir.
  • 30 años y no estoy “casada”, “arrejuntada”, “emparejada”, vamos sin novio ni perrito que me ladre.
  • 30 años y sin hipoteca.
  • 30 años y sin una casa propia, aunque tal y como están las cosas...¡30 años y sin hipoteca!...tampoco está tan mal.
  • 30 años y sin el trabajo que siempre soñaste; aunque con trabajo que al fin y al cabo es lo que importa.
  • Y un sinfín de 30 años y sin...y no es un anuncio de 0,0%.
Vamos, que estoy haciendo valoraciones continuas pero siempre de lo negativo...no voy a cambiar a mis casi 30.
Aunque haya días en los que mi treintañera se hace pequeñita y deja paso a la chica de veintitantos que tanto me gusta. Entonces empiezo a ver las cosas positivas, ¡qué sí!, ¡también las hay chic@s!...¡los 30 no son el fin del mundo!.
Entre nosotros, reconozco que es mi mantra mañanero para los días en los que la amnesia y la petarda treintañera se apoderan de mi. Está escrito en una cartulina amarilla de 2x2 a modo de postit(o como se diga) gigante y pegado en la pared de mi habitación, señalizado con un neón colosal con forma de flecha.
Pero cuando la de 20, bueno, la de veintitantos gana:
  • Si me veo una cana...pienso en un buen tinte y no hago una película lacrimógena de sábado por la tarde.
  • ¡Una arruga!...¡Bah!, de tanto reír y pasármelo bien.
  • ¿Novio?... “Night, fever, night, fever...”
Bueno, y que lo que realmente importa no es ¡cuántos!, sino cómo los cumples, cuándo los cumples, rodeado de quién los cumples y sobretodo y lo fundamental es ¡¡qué los cumples!!.

Aunque en cada cambio de decena..sigan surgiendo listas.

P.D. Se nota que hoy se ha despertado la de veintitantos.
P.P.D. ¡Sed felices!

Sheila(Six)

jueves, 5 de abril de 2012

Alma

Ella siempre solía estar en aquel banco de color verde desgastado por la erosión, debajo del pino que más sombra daba del parque. La recuerdo con un libro diferente cada día o su cuaderno de piel morada a juego con esa pluma que tantas veces la he visto usar, a veces parecía que tomaba vida y escribía por si misma...era como si su cuaderno y la pluma tuvieran magia, vida propia y se dedicarán a hacer lo que mejor sabían, la pluma escribir palabras, letras, números, dibujos...y el cuaderno dejarse seducir por la tinta de aquella pluma.
Era una chica muy observadora, siempre sonriendo a la vida, al mundo, a las personas que cada día pasábamos por delante de ella, una persona que permanecía en silencio de manera que lograba escuchar todo lo que a muchas otras personas pasaba desapercibido, silencio que rompía para saludar a todo aquel que pasaba por ese banco y ya compartíamos un vínculo “especial” con ella.
Si alguien alguna vez me preguntara si creo en los ángeles mi respuesta va a ser muy clara...no es que crea en ellos, conocí a uno y se llamaba Alma.
Todos los días tenía que pasar por el parque donde se encontraba Alma, quizá podría haber elegido una ruta alternativa, pero nunca lo hice, necesitaba ver a aquella chica que tanta curiosidad me despertaba. Salvo que las inclemencias del tiempo lo impidieran, ella siempre estaba allí para regalarnos una sonrisa y los buenos días.
Alma tenía la piel blanca como el alabastro, un pelo precioso de un color miel con reflejos dorados y repleto de ondas que jugaban con la brisa y el viento dependiendo de la estación en la que estuviéramos. Una sonrisa que emanaba dulzura, paz, tranquilidad.
Un día, para ser exactos, un cuatro de mayo, Alma no estaba debajo de aquel hermoso pino y me resultó de lo más extraño ya que el sol brillaba y era una mañana de lo más apetecible. Tuve una rara sensación. Todavía no sabía que se llamaba Alma, pero no tardaría mucho en descubrirlo.
Al día siguiente, no tenía que pasar por el parque, pero aún así fui y allí estaba ella. Sin más, me acerqué y comencé a hablar con Alma y desde entonces fuimos haciéndonos amigas.
Poco a poco nos fuimos contando nuestras vidas y entonces descubrí que lo que hacía allí todas las mañanas era respirar tranquilidad, vivir historias ajenas haciéndolas propias, crear un lugar especial donde recrear todo aquello que los libros le contaban y plasmar sus propias historias en el cuaderno de piel morada, pero sobretodo regalar una sonrisa y desear un buen día a todo el que por allí pasaba cuando en realidad lo que Alma sentía era dolor. Estaba aprovechando lo poco que le quedaba de vida como ella quería.
Tenía cáncer y ya no se podía hacer nada por ella, pero ella con su sola presencia hacía mucho por los demás.
Disfruté todo el tiempo que pude con Alma, nos hicimos mil y una fotos, compartimos el mismo corte de pelo, nos lo rapamos al uno y seguíamos regalando sonrisas y buenos días en aquel banco. Me regaló su compañía, su cuaderno y pluma mágicas y una botella en apariencia vacía junto con un sobre que tenía escrito “para cuando ya no esté”...
Desgraciadamente ese día llegó...hubo un día en el que ya no pudo ir más a su banco...
Abrí el sobre y dentro había una foto y una nota. En la foto salían sus manos llenas de tinta azul de la pluma con la que escribía maravillosas historias que ahora leo todos los días en su banco.
En la nota decía lo siguiente “Querida amiga, te entrego esta botella llena de aire, aire de mis pulmones, parte de mi alma...como tal, el aire es libre, siempre está con nosotros y nos rodea, por ello, quiero que, cuando yo ya no esté aquí, en nuestro banco abras esta botella para que pueda ser de nuevo libre, acompañaros como todas las mañanas y disfrutar de la sombra del maravilloso pino. Tu amiga por siempre. Alma”.
Y ahora aquí estamos todas las mañanas, Alma, su cuaderno de mil historias más una, el banco y yo, esperando a que paséis para regalaros una sonrisa.
Sheila(Six)