jueves, 5 de abril de 2012

Alma

Ella siempre solía estar en aquel banco de color verde desgastado por la erosión, debajo del pino que más sombra daba del parque. La recuerdo con un libro diferente cada día o su cuaderno de piel morada a juego con esa pluma que tantas veces la he visto usar, a veces parecía que tomaba vida y escribía por si misma...era como si su cuaderno y la pluma tuvieran magia, vida propia y se dedicarán a hacer lo que mejor sabían, la pluma escribir palabras, letras, números, dibujos...y el cuaderno dejarse seducir por la tinta de aquella pluma.
Era una chica muy observadora, siempre sonriendo a la vida, al mundo, a las personas que cada día pasábamos por delante de ella, una persona que permanecía en silencio de manera que lograba escuchar todo lo que a muchas otras personas pasaba desapercibido, silencio que rompía para saludar a todo aquel que pasaba por ese banco y ya compartíamos un vínculo “especial” con ella.
Si alguien alguna vez me preguntara si creo en los ángeles mi respuesta va a ser muy clara...no es que crea en ellos, conocí a uno y se llamaba Alma.
Todos los días tenía que pasar por el parque donde se encontraba Alma, quizá podría haber elegido una ruta alternativa, pero nunca lo hice, necesitaba ver a aquella chica que tanta curiosidad me despertaba. Salvo que las inclemencias del tiempo lo impidieran, ella siempre estaba allí para regalarnos una sonrisa y los buenos días.
Alma tenía la piel blanca como el alabastro, un pelo precioso de un color miel con reflejos dorados y repleto de ondas que jugaban con la brisa y el viento dependiendo de la estación en la que estuviéramos. Una sonrisa que emanaba dulzura, paz, tranquilidad.
Un día, para ser exactos, un cuatro de mayo, Alma no estaba debajo de aquel hermoso pino y me resultó de lo más extraño ya que el sol brillaba y era una mañana de lo más apetecible. Tuve una rara sensación. Todavía no sabía que se llamaba Alma, pero no tardaría mucho en descubrirlo.
Al día siguiente, no tenía que pasar por el parque, pero aún así fui y allí estaba ella. Sin más, me acerqué y comencé a hablar con Alma y desde entonces fuimos haciéndonos amigas.
Poco a poco nos fuimos contando nuestras vidas y entonces descubrí que lo que hacía allí todas las mañanas era respirar tranquilidad, vivir historias ajenas haciéndolas propias, crear un lugar especial donde recrear todo aquello que los libros le contaban y plasmar sus propias historias en el cuaderno de piel morada, pero sobretodo regalar una sonrisa y desear un buen día a todo el que por allí pasaba cuando en realidad lo que Alma sentía era dolor. Estaba aprovechando lo poco que le quedaba de vida como ella quería.
Tenía cáncer y ya no se podía hacer nada por ella, pero ella con su sola presencia hacía mucho por los demás.
Disfruté todo el tiempo que pude con Alma, nos hicimos mil y una fotos, compartimos el mismo corte de pelo, nos lo rapamos al uno y seguíamos regalando sonrisas y buenos días en aquel banco. Me regaló su compañía, su cuaderno y pluma mágicas y una botella en apariencia vacía junto con un sobre que tenía escrito “para cuando ya no esté”...
Desgraciadamente ese día llegó...hubo un día en el que ya no pudo ir más a su banco...
Abrí el sobre y dentro había una foto y una nota. En la foto salían sus manos llenas de tinta azul de la pluma con la que escribía maravillosas historias que ahora leo todos los días en su banco.
En la nota decía lo siguiente “Querida amiga, te entrego esta botella llena de aire, aire de mis pulmones, parte de mi alma...como tal, el aire es libre, siempre está con nosotros y nos rodea, por ello, quiero que, cuando yo ya no esté aquí, en nuestro banco abras esta botella para que pueda ser de nuevo libre, acompañaros como todas las mañanas y disfrutar de la sombra del maravilloso pino. Tu amiga por siempre. Alma”.
Y ahora aquí estamos todas las mañanas, Alma, su cuaderno de mil historias más una, el banco y yo, esperando a que paséis para regalaros una sonrisa.
Sheila(Six)

1 comentario:

Diego Carrizo dijo...

Escalofriantemente bueno!! pelos 100% de punta y ojos a punto de rebosar!!! muy bueno six!!