Todo sería mucho más fácil si tuviésemos un botón de on-off, una tecla de eliminar, nuestra propia papelera de reciclaje, pero de verdad, no de esas papeleras que dejan ese resquemor y restos del naufragio.
Nuestra salud mental, espiritual, blablabal...sería óptima, pero por mucho que nos esforcemos, no somos máquinas, sino personas de carne y hueso, muy a mi pesar, en ocasiones.
Otra cosa es que haya personas que tengan la capacidad de ser más cyborgs que otras, yo me pido la vez, y si hay algún experimento de nanobots, también me apunto.
Pero bueno, de momento nos quedaremos con la armadura propia del medievo, que aunque no se resetea, ni formatea, protege que te cagas.
Mi personabot.
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