martes, 24 de enero de 2012

Compañeros de piso/Parte VII


Fascículo séptimo: la lavadora
Hubo un día que marcó un antes y un después en nuestras vidas, a Heidy, Ana y a mi, se nos declaró en huelga la pituitaria...lo nunca visto.
Si pensabais que con la creación de colonias microscópicas habíamos tenido suficiente, estáis muy equivocados.
Respecto a la limpieza de la ropa, cada persona lavaba su ropa por separado, nos repartíamos bien los turnos y no había problema. En ocasiones, si todas(no incluyo a ÉL)teníamos poca ropa y del mismo color, la lavábamos juntas, pero muy pocas veces.
Como habéis podido comprobar los hábitos de ÉL no eran muy normales que digamos, no iba a ser menos a la hora de lavar la ropa.
ÉL jugaba a baloncesto, no profesionalmente. Después de un partido de baloncesto, muchas veces tendía la ropa que había utilizado para el partido sin lavar, me voy a explicar. Llegaba a casa, sacaba la ropa del bolso y la colgaba en el tendedor.
Personalmente, me resulta un poco antihigiénico, pero bueno...a mi no me influye ese hecho (aunque si me de un poco de asco tender la ropa limpia ahí), ya estábamos curadas de espanto.
Cuando "ponía" la lavadora, había veces que la ropa pasaba dos o tres días en la lavadora, normalmente ya lavada, pero también iba metiendo su ropa sucia en la lavadora hasta que le parecía que había suficiente para ponerla, como si fuera el único inquilino del piso. Ya le habíamos comentado que así no funcionaban las cosas, que en su cuarto tuviera un cubo donde guardar la ropa sucia y una vez que tuviera suficiente para poner la lavadora, que lo hiciera. Pero, como si hablásemos con la pared.
Un día, volvimos Ana, Heidy y yo a casa y notamos que olía fatal por el piso, el hedor era insoportable y no estoy exagerando nada de nada.
Buscamos por toda la casa para ver de donde provenía ese olor y al final descubrimos que salía de la cocina, pero ¿de dónde?
El olor a auténtica mierda, sin exagerar, brotaba de la lavadora. La lavadora estaba llena de ropa sucia de ÉL. Había llenado la lavadora, pero no la había puesto. No sabemos si llevaba sólo un día, unas horas, minutos...llamamos a ÉL, pero no estaba.
Intentamos aguantar, pero era algo tan insoportable que nos pusimos unos guantes de fregar, cogimos una bolsa y nos tapamos la nariz con pinzas de tender(de plástico que las de madera son muy duras), una imagen digna de una película. Con cuidado, y controlando las ganas de vomitar, metimos la ropa en la bolsa, hicimos un nudo y fuimos corriendo por el pasillo hasta llegar a su habitación. Abrimos la puerta y como si de un quarterback se tratara la lanzamos dentro de la habitación.
Ya estábamos tan hartas de ÉL, que ni cortas ni perezosas, escribimos una nota en un folio y se la pegamos en la puerta "Cuando metas ropa en la lavadora, lávala. No dejes la ropa sucia dentro de la lavadora porque sino luego huele toda la casa a pu(R/T)a mierda".
Lo siguiente fue abrir la ventana de la cocina y poner un poco de incienso, para mitigar el olor.
Sheila(Six)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

tienes para escribir un libro

Diego Carrizo dijo...

yo opino lo mismo!! librooo libroooo

Hornero dijo...

Liiiiibro, liiiiiibro... Además, seguro que has tenido mas experiencias aparte de con ÉL, te da para un libro seguro.

Gonzalo dijo...

pues si no estaría mal un libro de las anécdotas de los compañeros de piso pero la verdad que un poco asqueroso jejejej