domingo, 5 de febrero de 2012

Compañeros de piso/Parte XI

Fascículo décimo primero: las broncas
Como habréis podido imaginar tuvimos más de una bronca, discusión...con ÉL. No os penséis que íbamos predispuestos a discutir con él, sino que todo empezaba como una charla de compañeros de piso para intentar mejorar la convivencia y al final acabábamos discutiendo, las últimas veces hubo hasta elevación del volumen de la voz...vamos, que gritábamos(yo la primera...pero no en mi pleno apogeo...)
En las primeras reuniones de compañeros(teníamos que haber llamado a algún terapeuta) estábamos las tres chicas y ÉL.
Hago un inciso...ÉL nunca, pero nunca se inmuta...me explico, es del grupo de las típicas personas que ha-blan-mo-no-to-na-men-te-y-sin-e-le-var-na-da-el-to-no-de-voz aunque le digas lo peor que le puedas decir...no reacciona...¡hasta el perro de Pávlov tenía respuestas frente a un estímulo!, ÉL no...¡eso sí!, como otra persona en la misma charla sea el perro de Pávlov, vamos, que reaccione ante lo reaccionable...(ahora lo entenderéis).
Lo que se solía comentar en esas charlas, era lo típico, cosas de la compra(que el papel higiénico, entre otras cosas, no se compra solo), intentábamos hacerle ver que aunque llevase ese ritmo de vida nocturno, dejara de ser Darth Vader & Chewbacca para ser simplemente...por ejemplo...ÉL...(dentro de lo malo, lo menos malo). Comentábamos el tema de la limpieza, que hay que usar un producto específico para cada cosa(todavía no existía el maravilloso producto “siliban”), fregar los cacharros...como he dicho al principio, lo típico.
En vista del éxito obtenido en las primeras charlas, con tonos de voz amabilísimos, haciendo yoga mental para ver de que manera decir las cosas para no ofender al señorito, y ayudadas por el paso del tiempo y si a eso le sumamos el tema de las lentillas, las charlas fueron subiendo de intensidad y se distanciaban más en el tiempo.
Una vez que vino Lionel y después del intento de complot(ÉL decía que estábamos locas...claro, porque reaccionamos y nos circula la sangre por las venas...), al poco tiempo de su llegada, cuando Lionel ya se percató de muchas de las cosas que ÉL hacía, incluido el ingreso en la UVI de la consola, lo de las basuras en los pomos de la puerta...tuvimos la gran y última bronca.
Recuerdo que empezamos a hablar en un tono y volumen normal, pero conforme avanzaba la charla nos íbamos encendiendo, en este caso voy a hablar por mí, a mí me hervía la sangre...
Un ejemplo de diálogo entre ÉL y yo:
- ÉL, no me parece normal que pongas las bolsas de la basura en los pomos de los armarios, teniendo un cubo para ello.
- Siempre que voy a echar basura al cubo está lleno y como no es mi basura no voy a quitarla y poner otra...
- Vamos a ver, si está lleno, haces como hacemos todos, cambias la bolsa y listo. Además, también tiras la basura en ese cubo...
- Bueno, para mi es más cómodo dejarlo en la puerta del armario.
- Y a mi me parece una cochinada dejar la basura en la puerta del armario de la cocina teniendo cubo, es más, me resulta de vagos el hecho de que no quieras cambiar la bolsa cuando todos lo hacemos, de vagos y de cerdos. (Aquí mi voz ya empezaba a subir de volumen y mi vena se comenzaba a poner a lo María Patiño)
- No me grites.
- No te estoy gritando, sabes que pasa, que tengo sangre en las venas no horchata como tú.
Este diálogo es un ejemplo light de lo que pasó en aquella última bronca...no hubo que llamar ni a los bomberos ni a la policía...la sangre no llegó al río. Sólo recuerdo que todos nos desahogamos porque le dijimos todo lo que pensábamos de ÉL, todo lo bueno(poco) y malo(cosillas que habéis podido ir comprobando). La verdad es que no me acuerdo del todo bien...sufrimos enajenación mental transitoria...igual iba a tener razón y (no es que estuviéramos locas...)nos volvió locas.
Claro, al final, la última bronca(al igual que la última cena), trajo consecuencias.
Sheila(Six)

1 comentario:

Hornero dijo...

Y nos dejas con la duda de las consecuencias! Escribe el próximo pronto, por favor!