viernes, 11 de julio de 2008

A quien no le guste, que no mire.


Estoy harta de ser la típica amiga gordita, pero maja. Me cansa que todo el mundo que me rodea sea "perfecto", ¿y yo que soy?
Muchas veces siento como si no tuviera sitio en esta sociedad, las miradas por encima del hombro, todo tipo de miradas...si hubiera un máster en miradas, yo tendría la matrícula de honor.
Mi caso es el típico:
- Te voy a presentar a una amiga-le dice una chica a un chico
- ¿Está buena?
- Es muy maja
- ¿Está buena?
- Tiene unos ojos...
Me cago yo en mis ojos y en mi majura.
Aquí todo el mundo se fija en el interior de la persona, que es lo que perdura en el tiempo...Y UNA MIERDA!, eso no se lo cree nadie, bueno, por lo menos yo no, porque si fuera por eso tendría docenas y docenas de novios (como soy tan maja, buena persona...), mi interior es muy rico.
Sí, señoras y señores, estamos rodeados de hipocresía. TODOS tenemos una doble moral muy grande, ¡menuda careta!.
Pues bien, llevo una temporada cuidándome para estar "dentro de la normalidad". Hace dos días fui a comprarme ropa, te puedes creer que salí de la tienda ASQUEADA, si todos estamos tan "perfectos", tendría que haber tallas para "imperfectas" como yo, ¿no?, pues no había tallas ni en pintura, y no os penséis que estoy ENORMEEEEEEEE, soy como dice mi madre "una gorda curiosa".
Así que cogí mi dignidad, me agaché a por mi autoestima que se había quedado abatida en el suelo del probador, y salí pitando de allí, no sin antes, maldecir al diseñador, las tallas, mis cartucheras, mi michelín, mi celulitis, la luz del probador, la mierda de los cánones de belleza y la madre que parió a Panete.
Y me dije, pues hija, menos mal que habías adelgazado que si no...¡Por favor, que pitorreo!
Todos estamos muy estilizados, todos somos supermodelos, pero luego las tallas que te encuentras en las perchas son S, XS, 36, 38...un millón de veces y dices, me tendré que hacer del club de las treintas, 36-38, pero claro, recuerdo las palabras de un dietista que me trató hace tiempo: "aunque quisieras estar como la Claudia Schiffer o tener una 36 no vas a poder nunca, no puedes luchar contra tu constitución". Y a continuación me acorde de mi madre, otra vez, "hija, yo te hice bien, perfecta, te habrás estropeado tu con el tiempo" y ya es el acabose.
Pues bien, no tendré una 36 jamás por mi constitución, intentaré evitar que el tiempo me estropee más y pasaré de ser la amiga maja, a secas, a ser la amiga maja y aunque no buena, con buena presencia. Pero de momento y hasta que lo logre seguiré siendo una gorda curiosa, y a quien no le guste, QUE NO MIRE.
Sheila(Six)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué verdad es todo lo que escribes, te lo digo proque he sufrido en mis carnes lo que se vive día a día por estar fuera de los cánones de belleza actual. Yo también soy muy maja y muy buena persona y me he dado cuenta con la edad que tengo que adelgazar por mi salud...única y exclusivamente.